Hoy estuve en Sapchá, que está en vísperas
de celebrar su fiesta patronal en honor a Santa Rosa de Lima. Una grata
sorpresa ver que los sapchinos (espero que ese sea el gentilicio de Sapchá)
llegaban entusiastas a celebrar la fiesta a su Santa Patrona. De los dos buses
de Turismo Andino estacionados en la plaza bajaban aturdidos los que disfrutarán
a rabiar cinco días de fiesta. Entre el gentío se veían lindas jóvenes que serán
el atractivo principal de estas fiestas.
Sentados en la vereda de la
iglesia mientras comentábamos el matrimonio que se desarrollaba dentro de la
iglesia y compartíamos una botella de néctar de durazno fui testigo de un hecho
realmente singular para mi oficio de buscón
de anécdotas. Resulta que el brujo, que había bombardeado a Chacas durante la
fiesta a “Mama Ashu” con una letanía iterativa de los beneficios de hierbas y pócimas
curadoras de todos los males - a quien dicho sea de paso había intentado
retratar junto a su almacén botánico en la plaza de Sapchá - venía por la
angosta calle junto al médico de la posta medica de Sapchá. Al instante pensé que
venía a reiterarme su reclamo por mi intento de retratarlo y consecuentemente buscando
camorra. Mis temores se disiparon cuando vi entrar al médico a su hospedaje y al brujo colocarse
discretamente detrás de nosotros. Sin embargo, el brujo, de rato en rato me
lanzaba unas miradas malignas que me hacían temer algún hechizo posterior en mi
contra. Mientras intentaba diluir el temor que me inspiraba el tétrico personaje
con de sombrerito bajo recordaba la peroración interminable invocando las bondades
curativas al guanarpo macho y hembra
para curar los flujos vaginales, el mal de la próstata, el hígado inflamado, el
amargor de la boca, y sé no que otros males.
Al rato el médico sale de su posada
y le sisea al brujo a quien luego le susurra
algo que no logro escuchar; pero, veo que le entrega una tableta de pastillas,
entonces entiendo que le está recentando algún fármaco para sus males, tal vez algo
para la inflamación prostática que el guanarpo macho no ha logrado combatir. Mi
credulidad por la medicina brujera se ha diluido, así como las lecciones que
durante toda la fiesta de Mama Ashu y que de manera enciclopédica he recibido
por el parlante chillón de junto a mi
casa han sido inútiles.
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