lunes, 4 de abril de 2011

¿CÓMO EVITAR SER GOBERNADOS POR UN PRESIDIARIO?



Paradojas de la vida confrontar dos alternativas que nos condujeron a la debacle y caos nacional se configuran como las virtuales fuerzas de la segunda vuelta. Por un lado un Ollanta Humala con una postura (en el último debate) más ecuánime y racional, pero lamentablemente poco creíble. Pues para muchos como yo que pertenecemos a gremio magisterial y sector de la sociedad peruana maltratada y discriminada por décadas sería y es una opción atractiva, lamentablemente  nada garantiza que luego se no catapultará a un régimen tributario del de Hugo Chávez.
Por el otro lado la hija del latrocinio, el crimen, y la corrupción más perniciosa que ha atacó a nuestro país durante toda su historia  se pretende ahora como la santa salvadora de la democracia, la estabilidad económica, la ética y la seguridad ciudadana. Creo que  ni su padre, que esta el lugar que le asignó la historia y la sociedad, le cree. Quien, además, estará sobándose las manos creyendo que los peruanos somos tontos para elegir a su hijita para que gobierne él.
De hecho ambas alternativas nos recuerdan circunstancias que no desearíamos que se repitieran nunca ninguno de los peruanos que sufrimos  sus nefastas políticas. No creo que alguien desee ver nuevamente a los mandachines del chino Fujimori gobernando las lejanas provincias de su reino con la prepotencia de ignorantes que los caracterizó. Como tampoco, creo, que alguien querrá ver las interminables colas para adquirir  una lata de leche o un kilo de azúcar.  
Todos estamos satisfechos con el crecimiento económico del país, pero también estamos descontentos que este desarrollo solo beneficie a algunos privilegiados. Todos, vemos que las cifras de las exportaciones, la construcción, el turismo crecen; sin embargo, vemos también que la calidad educativa y la nutrición no solo no crecen sino se deterioran de manera irremediable, mientras la plata viene sola, mientras algunos hacen faenones y aceitan cuanto hay que aceitar.
Tendremos  los peruanos tenemos la oportunidad  de elegir la opción que garantice la continuidad del crecimiento económico, pero también la erradicación de la corrupción; por lo tanto, de algunos partidos que son la encarnación de ella. Hoy  nos toca elegir la educación como motor de la sostenibilidad  y garantía de nuestro crecimiento. Nos toca la responsabilidad histórica de elegir a quien conduzca al país a lo que siempre hemos soñado, un país prospero, sin faenones ni peruanos asesinados en una quinta de Barrios Altos. Difícil tarea;  pero posible si discriminamos adecuadamente  buenas propuestas, la seriedad del candidato  y sobre todo si recordamos experiencias pasadas.



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