viernes, 25 de febrero de 2011

IL PANE NOSTRO


Hoy que viajaba por entre las altas rocas para trasmontar la cordillera,  de Conchucos hacia el Callejón de Huaylas, por lo que será la pista gracias al exalcalde Brito jajajaja…, me acordé de la encomienda del primo Macu.
                Como panadero y teniendo que viajar a Lima preparó una horneada de bienolientes y dorados bizcochos, molletes y roscas para los hermanos que vivian lejos del hogar materno. Diligente con las livianas cajas con los ricos panes se encaminó hacia la agencia y se embarcó en el bus que lo llevaría en un primer tramo hasta Huaraz. Luego del trámite de la colocación de las cajas en la maletera trasera, tranquilamente se arrellanó en estrecho asiento que tuvo que soportarlo por largo tiempo su humanidad. La modorra lo atacó  y de rato en rato ronroneaba intranquilizando a los quisquillosos pasajeros.
                Cuando la luz del alumbrado público de la ciudad de Huaraz golpeaba a través del vidrio de la ventana despertó casi cerca a la agencia. Acomodo sus cosas para salir rápidamente, para recoger su cajas de pan y buscar un taxi que lo lleve a la agencia de Movil Tours que lo transportaría a Lima. Sacó las cajas, regateó un taxi y ya estaba en la agencia comprando el pasaje hacía Lima. Unos minutos más tal vez tendría que haber recurrido al terminal para alcanzar algún bus.
                Nuevamente depositó los bultos en la maletera del carro. Esta vez le pusieron una etiqueta para que  no se extraviaran o confundieran con los otros que ya estaban adoquinados ordenadamente. Una linda señorita revisaba las boletas en la puerta del bus. Estuvo tentado de darle un beso; pero, se reservó el impulso para otra ocasión. Subió al bus se acomodó en el asiento semicama con intensiones de seguir durmiendo.
                El viaje casi estaba por llegar a su fin, pues la aurora empezó a asomar cuando estaban cerca a Plaza Norte, confundido por las últimas obras del ex - alcalde Castañeda demoró en orientarse. Las combis impredecibles con sus cabriolas incontrolables impedían el avance del bus, pero igual llegaron a la agencia de Paseo de la República un casi temprano. Recogió sus bultos y noto una ligera diferencia de peso al que no le dio importancia. Tomó un taxi que raudamente enrumbo hacia San Borja en busca de la querida hermana.
                Luego del abrazo, la breve información de las noticias y saludos se derrumbó en la cama que la hermana le había preparado. No durmió mucho. A las diez se levanto, se dio una ligera ducha y empezó a desempacar los bultos que contenían los panes que con tanto cariño había elaborado. Y… Uy, esta no es mi caja  ¿qué había pasado? Pero, siguió abriendo con más curiosidad que necesidad… y como de una caja de pandora iba sacando un jamón, cuatro cuyes, “tantacshus” y toda laya de exquisiteces serranas.
                ¿Qué iba a hacer? Nada. La confusión ya estaba consumada y la caja abierta, así que de una las cajas en vez de panes salió el almuerzo. Así es como se despacharon un suculento almuerzo de reencuentro  fraternal.

(Algunos hechos corresponden a la realidad, el resto es imaginación mia. La próxima les contaré por que se tragó las cartas un eventual postillón)

3 comentarios:

  1. Se quien es ese incognito amigo mañu jajajajaja..... que buena

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  2. jajaja... muy buena crónica... me divierte y entretiene leer este tipo de artículos, sobre todo cuando tratan de personas a las cuales conosco... ahhhh!!! la hermana no vive en San Borja, vive en otro distrito...

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  3. Tranquilo Marlo ya habrá oportunidad de contar sobre hechos de dientes y postizos... jajaja

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